En Oxfordshire, Inglaterra, un descubrimiento sorprendente ha transformado nuestra comprensión del periodo Jurásico medio. Cerca de 200 huellas de dinosaurios, preservadas durante 166 millones de años, fueron encontradas en una cantera local, marcando el mayor conjunto de este tipo hallado en el Reino Unido. Este impresionante yacimiento ofrece una ventana directa a la vida de los dinosaurios en su entorno natural y plantea nuevas preguntas sobre su comportamiento y coexistencia.
Un corredor del pasado prehistórico
Las huellas están distribuidas en cinco senderos principales, cada uno mostrando rastros únicos que arrojan luz sobre la vida de estas criaturas colosales. Entre los protagonistas de este descubrimiento destacan el Megalosaurus, un depredador carnívoro de nueve metros de largo con garras afiladas, y el Cetiosaurus, un herbívoro de cuello largo que medía hasta 18 metros.
Las condiciones del terreno, un antiguo paisaje tropical con lagunas fangosas, quedaron reflejadas en las huellas. Algunas marcas muestran deformaciones en el barro, revelando cómo estos animales enfrentaban terrenos desafiantes mientras caminaban. Este nivel de detalle no solo permite estudiar los movimientos individuales de los dinosaurios, sino también su interacción con el entorno y otros seres vivos.
Tecnología y colaboración científica
El hallazgo fue posible gracias a una excavación meticulosa liderada por un equipo multidisciplinario de paleontólogos, geólogos y voluntarios. Durante una semana de intensos trabajos, utilizaron drones, escáneres 3D y técnicas de modelado digital para documentar cada huella. Esta aproximación tecnológica no solo preserva el sitio de forma digital, sino que también abre nuevas posibilidades para analizarlo desde perspectivas innovadoras.
Una ventana al Jurásico medio
La importancia de este descubrimiento va más allá de su escala. Cada huella encapsula momentos específicos de la vida de los dinosaurios, ofreciendo pistas sobre su peso, velocidad y comportamiento social. Los investigadores creen que este “corredor jurásico” podría ser clave para entender cómo interactuaban las diferentes especies en un entorno compartido, desde la búsqueda de alimento hasta la competencia por recursos.
Perspectiva histórica y cultural
Este descubrimiento en Oxfordshire es un recordatorio de que aún hay mucho por aprender sobre nuestro planeta y sus antiguos habitantes. Las huellas, atrapadas en el tiempo, son testigos silenciosos de un mundo perdido, y su análisis puede reescribir aspectos fundamentales de nuestra comprensión del Jurásico.