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¿Qué es la inflación psicológica y cómo afecta a los precios en México?

Cuando la percepción supera a la realidad: la inflación psicológica

En México, millones de familias ajustan su gasto diario con base en algo más que los datos oficiales de inflación. Aunque el INEGI reporta tasas específicas cada mes, lo que se siente en la calle muchas veces es diferente. Ahí entra la llamada inflación psicológica: el efecto que tiene en los precios la percepción del consumidor sobre el aumento del costo de vida.

¿Qué es exactamente la inflación psicológica?

Es el fenómeno en el que los consumidores perciben que los precios suben más de lo que realmente lo hacen, o bien, esperan que sigan subiendo, lo que modifica su comportamiento de compra. Esta percepción no siempre coincide con los indicadores oficiales.

Factores que alimentan esta percepción en México

1. Productos clave que suben rápido

Alimentos básicos como el huevo, tortilla, gas LP o gasolina tienden a subir rápidamente, lo que da la sensación de que todo lo demás sube igual, aunque no siempre sea así.

2. Sensibilidad al gasto diario

El mexicano promedio nota más los aumentos en la tiendita de la esquina que en las estadísticas macroeconómicas. Si el kilo de tortilla sube dos pesos, eso pesa en la mente más que cualquier informe técnico.

3. Efecto de las noticias y redes sociales

Las redes amplifican las noticias sobre subidas de precios, lo que aumenta la ansiedad y refuerza la percepción de que “todo está carísimo”.

¿Cómo afecta esta percepción al mercado?

  • Los consumidores compran más por temor a que suban más los precios.
  • Los comerciantes suben precios previendo mayores costos en el futuro.
  • Se rompe la lógica del mercado y se crean aumentos en cadena.

Ejemplos cotidianos en México

En zonas rurales y urbanas sucede igual. El limón en temporada puede duplicar su precio y disparar la sensación de inflación, aunque otros productos estén estables o incluso bajen. Lo mismo ocurre con el gas LP o el transporte público.

¿Cómo reducir el impacto de la inflación psicológica?

  • Informarse de manera objetiva y contrastar precios reales.
  • Planificar compras y evitar compras por pánico.
  • Fomentar la competencia local y el comercio justo.

Percepción vs realidad: un reto para la economía

Más allá de las cifras oficiales, la percepción del consumidor puede tener tanto o más impacto en la economía diaria. Entender y gestionar la inflación psicológica es clave para no caer en dinámicas de consumo que terminen perjudicando a todos.

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