Por: Luis Herrera
Durante esta temporada, es común escuchar frases como “nada más me dan el aguinaldo y me voy” y, aunque muchos trabajadores no cumplen con esta promesa, ¿qué deberían interpretar las empresas de este comportamiento?
Tradicionalmente, los cierres de año se asocian con recortes de personal debido a las contrataciones temporales para la temporada alta de ventas. Sin embargo, surge una pregunta: ¿qué sucede cuando, en lugar de un recorte externo, son los propios empleados quienes deciden dejar su trabajo justo después de recibir el aguinaldo? ¿Qué hay detrás de esta decisión?
Ivonne Borden, especialista en desarrollo organizacional y capacitación estratégica, explica que, aunque la época navideña suele estar asociada con festividades y celebraciones, también es un tiempo de reflexión que invita a tomar decisiones personales, sociales y laborales. “Muchas veces, los empleados soportan un ambiente de trabajo tóxico o incómodo solo porque esperan recibir su aguinaldo. Lo hacen por necesidad, no por gusto”, comenta.
Esta realidad se refleja en una encuesta realizada por OCC, donde se señala que para el 77% de los trabajadores, el principal motivo para no renunciar a un empleo que ya no les satisface es la situación financiera.
Borden señala que las empresas deberían analizar detenidamente las renuncias que ocurren durante los meses de diciembre y enero. Para la experta, esta tendencia es un claro indicador de que algo no está funcionando en el ambiente laboral. “Las renuncias no suceden de un día para otro; son el resultado de un proceso largo de descontento, lo que conocemos como la ‘renuncia silenciosa’”, agrega.
Para los trabajadores, Borden recomienda aprovechar este período para reflexionar sobre sus metas y evaluar si realmente quieren continuar en su empresa. “Es un buen momento para cerrar ciclos, pero siempre teniendo en cuenta lo más importante: tu seguridad, tu salud física y mental, y tu dignidad”.
Las empresas deben proteger su talento
Según el estudio Market Research 2025 de Pandapé, siete de cada 10 trabajadores en México y Latinoamérica están buscando cambiar de empleo, mientras que más de la mitad de las empresas enfrentan el reto de la escasez de talento.
Gerardo Macías, socio de DHR Global, ha observado esta tendencia de renuncias tras el pago del aguinaldo. Para él, las empresas deben proteger a su talento antes de que lleguen a este punto. “No se puede esperar a que el problema estalle. Las empresas no deben esperar a que todo un departamento renuncie porque no estaban siendo bien remunerados o tratados correctamente”, advierte.
Macías enfatiza la necesidad de que las organizaciones estén más atentos a las necesidades de sus empleados, tanto en términos salariales como en el ambiente laboral y la salud financiera, incluida la preparación para una jubilación digna. “Lo peor que puede pasar es que la persona llegue con una oferta de trabajo y la empresa se vea obligada a hacer una contraoferta, que tal vez no logre retener al empleado”, explica.
La rotación de personal puede ser costosa para las empresas. Según Gallup, reemplazar a un empleado puede costar hasta un 150% de su salario anual, considerando los gastos en reclutamiento, formación y la reducción temporal de productividad.
“Las empresas deben estar conscientes de las necesidades de su personal, mantenerlos motivados y, más que nunca, tener una idea clara de los salarios en el mercado, ya que la competencia es feroz”, concluye Macías.
