El río Santiago, considerado el más contaminado de México, ha tenido un impacto devastador en la salud de los habitantes de los municipios cercanos, como El Salto, Jalisco. Durante años, la contaminación del río, alimentada por desechos tóxicos de más de 300 empresas del corredor industrial Ocotlán-El Salto, ha causado daños renales, problemas neurocognitivos y una alta tasa de mortalidad. Niños que vivían cerca del río sufrían desde desmayos hasta enfermedades respiratorias, como el asma, y a lo largo del tiempo se han detectado niveles alarmantes de plomo, arsénico y mercurio en la sangre de los menores. En 2023, la Secretaría de Salud de Jalisco encontró más de 370 niños con daño renal en estas zonas, y un estudio de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí reveló que durante 10 años el gobierno estatal ocultó la magnitud de la contaminación.
Las consecuencias de esta contaminación son fatales para muchas personas. Daniel López, quien vivió en El Salto y fue diagnosticado con daño renal a los 21 años, relató que, junto a sus compañeros de escuela, experimentó graves problemas de salud debido a la exposición al río. Carmen Ríos, una mujer de 30 años, también sufrió daño renal desde niña y ha dependido de diálisis tras perder su trasplante de riñón, situación que podría haberse prolongado si no hubiera sido por la contaminación. Además, un estudio reciente reveló que la tasa de mortalidad en localidades cercanas al río Santiago es más alta que en otras áreas del estado, con registros alarmantes de cáncer y daño renal.