La medicina genética ha dejado de ser un campo exclusivo de laboratorios internacionales. En México, varios centros de investigación, universidades y startups biotecnológicas están desarrollando avances concretos en terapias genéticas que podrían cambiar el rumbo del tratamiento de enfermedades hereditarias y crónicas.
Un campo en expansión dentro del país
Durante los últimos cinco años, instituciones como el Instituto Nacional de Medicina Genómica (INMEGEN), la UNAM y el IPN han incrementado sus líneas de investigación enfocadas en terapia génica. Estas iniciativas se concentran en la edición de genes defectuosos, corrección de mutaciones hereditarias y regulación genética mediante ARN.
Lo que antes era solo un proyecto de laboratorio, hoy empieza a tener aplicaciones clínicas. Grupos de investigadores mexicanos han logrado avances preliminares en modelos animales para tratar distrofias musculares, enfermedades neurodegenerativas e incluso ciertos tipos de cáncer.
Proyectos destacados en territorio nacional
Uno de los desarrollos más prometedores proviene de un equipo del INMEGEN que trabaja en una terapia génica dirigida al tratamiento de la enfermedad de Charcot-Marie-Tooth. Utilizando vectores virales y tecnología CRISPR, han logrado modificar la expresión genética en células afectadas por esta condición.
Otro caso es el del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), que trabaja en terapias de silenciamiento génico para controlar la progresión del cáncer de mama triple negativo. Aunque en fases experimentales, los resultados en modelos preclínicos han sido alentadores.
El papel de la biotecnología privada
Además del trabajo en instituciones públicas, el ecosistema biotecnológico privado en México ha comenzado a invertir en terapias genéticas. Startups como Genómica Médica y BioInnova están colaborando con universidades para desarrollar tratamientos basados en edición génica y medicina personalizada.
Estas empresas están explorando la posibilidad de adaptar terapias desarrolladas en otros países a la realidad genética y económica del paciente mexicano. También están desarrollando kits de diagnóstico genético más accesibles para su uso en hospitales regionales.
Aplicaciones potenciales en enfermedades prevalentes
El interés en terapias genéticas no es solo académico. Existe una motivación real para encontrar soluciones más efectivas a problemas de salud que afectan a millones de personas en México. Entre las enfermedades objetivo se encuentran:
- Diabetes tipo 2: Se exploran vías de modificación genética para mejorar la sensibilidad a la insulina.
- Enfermedades cardiovasculares: Se investiga la regulación genética del colesterol y la hipertensión.
- Cáncer de cuello uterino: Estudios buscan manipular genes que regulan la respuesta inmune a infecciones por VPH.
Estas investigaciones buscan generar terapias adaptadas a las variantes genéticas más comunes en la población mexicana, lo que incrementa la eficacia potencial de los tratamientos.
Obstáculos técnicos y regulatorios
A pesar del entusiasmo, el desarrollo de terapias genéticas en México enfrenta retos importantes. Los principales son:
- Falta de infraestructura clínica: La mayoría de hospitales carecen de las condiciones para implementar estos tratamientos.
- Financiamiento limitado: Muchos proyectos dependen de fondos públicos o donaciones internacionales.
- Marco regulatorio: Aún se encuentra en construcción la legislación que permita aplicar terapias genéticas en humanos bajo protocolos éticos y seguros.
Estos desafíos han ralentizado la transición de los ensayos de laboratorio a la práctica clínica, pero no han detenido el avance.
Cooperación internacional como motor
Muchos de los desarrollos en curso son posibles gracias a colaboraciones con universidades y centros de investigación en Europa, Estados Unidos y América Latina. Esta cooperación ha permitido compartir técnicas, acceder a tecnología avanzada y formar personal especializado en el uso de herramientas como CRISPR-Cas9 o terapia génica viral.
Además, existen convenios con hospitales en el extranjero para validar protocolos y realizar pruebas en entornos controlados, antes de su eventual aplicación en territorio mexicano.
Un futuro prometedor pero responsable
La terapia genética promete una nueva era en la medicina, y México está tomando pasos firmes para formar parte de esta transformación. Sin embargo, su implementación debe estar guiada por criterios éticos rigurosos, transparencia en la investigación y acceso equitativo a los tratamientos.
Los próximos años serán clave para definir si estos avances logran traducirse en beneficios reales para pacientes en todo el país, especialmente en sectores con acceso limitado a tratamientos especializados.
La medicina del mañana ya se gesta en México
Lo que hasta hace poco parecía ciencia ficción, hoy se desarrolla en laboratorios mexicanos con talento local y visión de largo plazo. La posibilidad de corregir mutaciones genéticas, prevenir enfermedades hereditarias o adaptar tratamientos a cada individuo está más cerca de ser una realidad accesible en el sistema de salud nacional.
El reto será escalar estos avances sin perder de vista la equidad, la seguridad y el bienestar de los pacientes. Si el impulso actual se mantiene, México podría posicionarse como un referente en terapias genéticas dentro del mundo hispanohablante.