El Faro de México Ciencia y Salud La ciencia detrás del insomnio: ¿por qué México duerme menos que antes?
Ciencia y Salud Noticias

La ciencia detrás del insomnio: ¿por qué México duerme menos que antes?

La ciencia detrás del insomnio: ¿por qué México duerme menos que antes?

En la última década, millones de mexicanos han empezado a tener algo en común: duermen menos, descansan peor y se despiertan más cansados. El insomnio, que antes era visto como un problema de unos cuantos, hoy afecta a una parte significativa de la población. Según datos del Instituto Nacional de Salud Pública, más del 45% de los adultos en México reportan dificultades para dormir al menos una vez por semana. ¿Qué está provocando este fenómeno creciente? ¿Qué dice la ciencia sobre lo que ocurre en el cuerpo y la mente cuando el sueño se vuelve esquivo?

Más que falta de sueño: una epidemia silenciosa

El insomnio no es simplemente “no poder dormir”. Se trata de un trastorno que puede presentarse de varias formas: dificultad para conciliar el sueño, despertares constantes durante la noche o levantarse antes de tiempo sin poder volver a dormir. Y más allá del cansancio, sus efectos a largo plazo pueden ser devastadores: pérdida de memoria, ansiedad, irritabilidad, baja productividad e incluso mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas.

El cuerpo necesita dormir entre 7 y 9 horas para repararse, consolidar la memoria, regular hormonas y mantener estable el sistema inmunológico. Dormir menos no solo afecta el rendimiento, también altera procesos internos que son clave para la salud integral.

Factores que explican por qué los mexicanos duermen menos

1. El estrés crónico

Vivir en una economía inestable, con jornadas laborales extensas, preocupaciones familiares y presiones constantes, mantiene el sistema nervioso en alerta. La hormona del estrés (cortisol) interfiere con la producción de melatonina, la sustancia que regula el sueño.

2. Exposición a pantallas

La luz azul de los celulares, tablets y computadoras afecta el reloj biológico. Usar el celular antes de dormir retrasa la liberación de melatonina y confunde al cerebro, que no sabe si es de día o de noche. México es uno de los países con mayor consumo nocturno de redes sociales en América Latina.

3. Mala higiene del sueño

Acostarse a diferentes horas cada noche, cenar pesado, trabajar desde la cama o ver televisión hasta quedarse dormido son hábitos que afectan la calidad del descanso. Muchos mexicanos no han aprendido a cuidar su rutina nocturna porque culturalmente el sueño no ha sido prioridad.

4. Trastornos no diagnosticados

Apnea del sueño, depresión, ansiedad o problemas hormonales también causan insomnio. Sin embargo, por falta de acceso a servicios de salud mental o clínicas del sueño, la mayoría de las personas no sabe que padece un trastorno tratable.

El impacto social de no dormir bien

El insomnio no solo afecta al individuo. Un país que no duerme bien es un país menos productivo, más irritable y con mayores niveles de accidentes laborales y viales. Dormir mal reduce la capacidad de concentración, toma de decisiones y manejo emocional.

En el ámbito educativo, los estudiantes que duermen poco tienen más problemas de aprendizaje. En el trabajo, se pierde eficacia y aumentan los errores. Y a nivel económico, los problemas de sueño generan costos invisibles: consultas médicas, medicamentos, bajas laborales y pérdida de productividad.

¿Qué dice la ciencia sobre cómo recuperar el sueño?

El tratamiento del insomnio debe comenzar con cambios conductuales antes de pensar en medicamentos. La terapia cognitivo-conductual para el insomnio (TCC-I) es el enfoque más recomendado a nivel mundial. Consiste en identificar y modificar pensamientos y hábitos que interfieren con el descanso.

Algunas recomendaciones científicamente comprobadas incluyen:

  • Ir a dormir y despertar a la misma hora todos los días, incluso fines de semana.
  • Evitar pantallas al menos 1 hora antes de dormir.
  • Reducir el consumo de cafeína y alcohol por la tarde.
  • Hacer ejercicio moderado, pero no en la noche.
  • Crear un ambiente oscuro, fresco y silencioso para dormir.

¿Qué está haciendo México al respecto?

Hasta ahora, el insomnio no ha sido una prioridad en las políticas públicas de salud. Existen pocas clínicas del sueño y no hay campañas masivas que hablen del tema. Mientras tanto, millones de personas recurren a soluciones rápidas como sedantes, bebidas relajantes o consejos de internet que, en muchos casos, agravan el problema.

Algunos hospitales públicos han comenzado a incluir evaluaciones del sueño en sus consultas generales, pero el alcance es limitado. Y en el sector privado, las consultas con especialistas en medicina del sueño o neurología del sueño suelen ser costosas y poco accesibles.

¿Dormir bien es un lujo?

En la práctica, sí. Quien tiene recursos puede pagar un buen colchón, un lugar tranquilo, acceso a terapia o incluso tratamientos especializados. Para millones que viven en zonas ruidosas, trabajan hasta tarde o comparten habitación con varias personas, dormir bien es un privilegio más que un derecho básico.

No dormir no debería ser normal

En México, la falta de sueño se ha normalizado. Se celebra al que trabaja hasta la madrugada, se ignora al que se queja de insomnio y se menosprecia el descanso como si fuera un lujo innecesario. Pero no hay salud sin sueño. Y no hay futuro para un país agotado.

Es momento de hablar del insomnio como un problema colectivo. De incluirlo en la educación, en los medios y en las políticas públicas. Dormir bien no es solo cerrar los ojos. Es recuperar el cuerpo, la mente y la posibilidad de vivir con claridad. Y eso, en un país con tantos pendientes, ya sería un gran avance.

Salir de la versión móvil