El tratamiento del cáncer ha cambiado radicalmente en la última década, y uno de los enfoques más prometedores es la inmunoterapia: una técnica que estimula al sistema inmunológico para reconocer y atacar a las células tumorales. Aunque este tipo de tratamiento se ha desarrollado principalmente en países como Estados Unidos, Alemania o Japón, en México se han dado pasos firmes para acercar esta alternativa a pacientes nacionales. Desde ensayos clínicos hasta terapias personalizadas, la inmunoterapia ya está siendo aplicada en hospitales públicos y privados del país.
¿Qué es la inmunoterapia y cómo funciona?
A diferencia de la quimioterapia, que ataca directamente a las células cancerosas (y muchas veces también a células sanas), la inmunoterapia actúa sobre el sistema inmunológico para que sea este el que destruya al tumor. Existen diferentes tipos de inmunoterapia, como los inhibidores de puntos de control inmunológico, las vacunas terapéuticas y las terapias con células T modificadas (CAR-T).
Estos tratamientos permiten respuestas más duraderas y, en muchos casos, menos efectos secundarios, aunque no todos los tipos de cáncer ni todos los pacientes son candidatos para este enfoque.
Hospitales mexicanos que ya aplican inmunoterapia
En México, instituciones como el Instituto Nacional de Cancerología (INCan), el Centro Médico ABC y el Hospital Ángeles han comenzado a incorporar inmunoterapias aprobadas en sus protocolos, especialmente para pacientes con melanoma, cáncer de pulmón, linfoma de Hodgkin y algunos tipos de cáncer de vejiga o riñón.
El INCan ha liderado varios estudios clínicos con fármacos como nivolumab y pembrolizumab, dos de los inmunoterapéuticos más usados a nivel global. También se han sumado hospitales del sector privado que ofrecen estos tratamientos como parte de esquemas personalizados.
Proyectos de investigación y ensayos clínicos
Universidades como la UNAM, el Tec de Monterrey y la Universidad de Guadalajara participan en proyectos de investigación que buscan adaptar las inmunoterapias al perfil genético y clínico de pacientes mexicanos. Esta línea de investigación es clave para que los tratamientos sean más eficaces en poblaciones específicas y para reducir los costos.
También hay participación en ensayos clínicos internacionales, lo que permite a pacientes mexicanos acceder a tratamientos de última generación sin tener que viajar al extranjero. Estos ensayos suelen centrarse en pacientes que ya no responden a tratamientos convencionales y buscan opciones innovadoras con respaldo científico.
Costos y barreras de acceso
Una de las principales limitantes sigue siendo el costo. Un solo ciclo de inmunoterapia puede costar entre 40,000 y 100,000 pesos o más, dependiendo del fármaco y el tipo de cáncer. Esto hace que el acceso esté limitado, principalmente, a pacientes que tienen seguros privados o pueden pagar de forma directa.
En el sector público, el acceso a inmunoterapia aún es restringido, aunque se han hecho esfuerzos por incluir algunos de estos tratamientos en el cuadro básico para ciertos tipos de cáncer. El reto está en ampliar la cobertura y reducir los costos mediante producción nacional o negociación con farmacéuticas.
Experiencias de pacientes en México
Pacientes que han recibido inmunoterapia en el país reportan, en muchos casos, una mejora significativa en su calidad de vida y un mayor control de la enfermedad. Aunque no es una cura definitiva, sí representa una oportunidad real para vivir más tiempo con menos efectos adversos en comparación con la quimio o la radioterapia.
En redes sociales y foros especializados han surgido comunidades donde pacientes comparten su experiencia con inmunoterapia en México, incluyendo opciones de tratamiento, efectos secundarios y recomendaciones para acceder a medicamentos a menor costo.
El futuro de la inmunoterapia en el país
Se espera que en los próximos años, el número de hospitales que ofrezcan inmunoterapia aumente, especialmente en ciudades como Monterrey, Guadalajara, Puebla y Mérida. También hay un interés creciente por parte de startups biotecnológicas mexicanas en desarrollar inmunoterapias personalizadas, especialmente para cánceres con alta incidencia en el país, como el cervicouterino, el de estómago y el colorrectal.
Además, el fortalecimiento de la medicina de precisión, el análisis genético y el uso de inteligencia artificial en el diagnóstico están permitiendo identificar mejor qué pacientes pueden beneficiarse de este tipo de tratamiento, reduciendo riesgos y aumentando eficacia.
Un paso firme hacia una oncología más humana y efectiva
La inmunoterapia representa uno de los avances más esperanzadores en la lucha contra el cáncer, y México no se está quedando atrás. Si bien hay mucho por avanzar en materia de accesibilidad y cobertura, los primeros resultados ya están marcando una diferencia en la vida de muchos pacientes.
El desafío ahora es lograr que estos tratamientos no sean privilegio de unos pocos, sino una opción real para todos los mexicanos que los necesiten. Para ello se requiere voluntad institucional, apoyo a la investigación nacional y una estrategia clara para integrar la inmunoterapia al sistema de salud de manera sostenible.