Por Daniela Guzmán Salas
El Bitcoin cumple más de una década desde su creación, un hito que ha transformado los debates sobre el dinero, los sistemas financieros y el poder económico centralizado. En una época marcada por la inflación y las crisis bancarias, sus defensores lo enarbolan como una alternativa independiente al control de los gobiernos.
Sin embargo, tras su auge meteórico y caídas estrepitosas, surgen preguntas fundamentales: ¿Es Bitcoin un refugio seguro contra la inflación o una burbuja especulativa? Su limitada adopción como moneda cotidiana y su volatilidad lo hacen menos práctico para transacciones comunes. Pero como reserva de valor, ha desafiado las expectativas, atrayendo tanto a inversores institucionales como minoristas.
A pesar de las dudas, el Bitcoin encarna un cambio de paradigma: la democratización del dinero. No obstante, la falta de regulaciones claras en países como México plantea un dilema. ¿Cómo regular sin sofocar la innovación?
La verdadera revolución del Bitcoin no está en su cotización, sino en el cuestionamiento que ha generado sobre el control del dinero y la confianza en las instituciones financieras. Más allá del precio, su legado podría residir en su capacidad para inspirar un sistema financiero más accesible y menos centralizado.
Daniela Guzmán Salas es economista y periodista especializada en mercados financieros y criptomonedas.