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EE.UU. inaugura una mina de litio que podría impactar el futuro energético de México

Con la apertura de Thacker Pass, la mina de litio más grande de Estados Unidos, el país norteamericano fortalece su posición en la transición energética global. Localizada en el desierto de Nevada y operada por Nevada Lithium, esta instalación producirá más de 40,000 toneladas anuales de carbonato de litio, consolidando a EE.UU. como líder en la extracción de este recurso clave para la fabricación de baterías de iones de litio.

El litio, conocido como el “oro blanco del siglo XXI”, es esencial para dispositivos electrónicos y vehículos eléctricos, sectores que crecen aceleradamente. Mientras EE.UU. avanza en su autosuficiencia, el proyecto plantea un reto estratégico para México, que aún enfrenta obstáculos para aprovechar sus propios depósitos de litio, especialmente en Sonora.

México en la carrera del litio: promesas y desafíos

En 2023, México nacionalizó el litio con el objetivo de posicionarse como un jugador clave en el mercado global. Sin embargo, las reservas mexicanas se encuentran mayoritariamente en depósitos de arcilla, cuya extracción requiere tecnologías avanzadas que el país aún no domina. A pesar de los esfuerzos de instituciones como el Cinvestav-IPN, el desarrollo de infraestructura y tecnología ha sido lento, afectando la competitividad mexicana en este ámbito.

El proyecto de litio en Sonora tiene el potencial de producir hasta 35,000 toneladas anuales de carbonato de litio, pero enfrenta retos logísticos y financieros que han retrasado su puesta en marcha.

Impacto estratégico de Thacker Pass

La mina Thacker Pass no solo refuerza la autosuficiencia de EE.UU., sino que también representa una ventaja competitiva en relación con otros países. Con inversiones significativas de empresas como General Motors, esta operación garantizará una fuente confiable y sostenible de litio para la creciente industria de vehículos eléctricos en EE.UU.

En contraste, México, aunque rico en recursos naturales, sigue luchando por desarrollar el potencial de sus depósitos. La demora en la explotación del litio mexicano podría limitar las oportunidades del país en un mercado global cada vez más competitivo.

¿Qué sigue para México?

El gobierno mexicano ha expresado su compromiso de convertir el litio en una herramienta económica clave. Si logra superar las barreras tecnológicas y financieras, México podría posicionarse como un actor relevante en la transición energética global. Sin embargo, la carrera por el litio no solo es una cuestión económica; también es un tema de soberanía y seguridad nacional.

La apertura de Thacker Pass marca un momento crucial en esta competencia, poniendo presión sobre México para acelerar sus esfuerzos y aprovechar su riqueza natural antes de que sea demasiado tarde.

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