Cuando el transporte lo organiza la comunidad
En muchas colonias periféricas de ciudades como Tijuana, Ecatepec y León, el transporte público simplemente no llega o es insuficiente. En respuesta, los propios vecinos han organizado redes de “taxis vecinales”: autos particulares que operan rutas específicas para conectar con escuelas, hospitales o centros de trabajo.
¿Cómo se organiza?
Todo funciona a través de WhatsApp o grupos de Facebook. Los usuarios agendan sus traslados, acuerdan la tarifa y conocen al conductor, que generalmente es otro vecino. Las reglas se ponen en común: horarios, paradas seguras y cuotas solidarias.
- Tarifas más bajas que taxis tradicionales
- Seguridad basada en confianza comunitaria
- Redes de emergencia o apoyo mutuo en cada grupo
¿Qué los hace efectivos?
La cercanía. No hay app externa, ni tarifas dinámicas, ni perfiles desconocidos. La comunidad se cuida y se transporta a sí misma.
Conclusión
Cuando el Estado no provee, la comunidad se mueve. Estos taxis vecinales no solo llenan un vacío, sino que muestran que el transporte también puede ser autogestión y cuidado colectivo.