En un contexto marcado por la apreciación del peso argentino frente al dólar, Sebastián Menescaldi, economista y director de la consultora EcoGo, advirtió sobre los desafíos y riesgos económicos actuales. Durante una entrevista en CNN Primera Mañana, Menescaldi analizó la dinámica cambiaria y sus implicancias para el gobierno de Javier Milei.
“El dato del Banco Central muestra que el nivel del tipo de cambio real del peso está en 79,7, similar al de diciembre de 2023, antes de la devaluación impulsada por Milei”, señaló. Esto implica que, pese a los cambios introducidos, “en términos de tipo de cambio real, estamos en el mismo punto que hace un año, aunque con fundamentos económicos distintos”, explicó.
El economista reconoció que el gobierno ha cumplido parcialmente con sus objetivos económicos. “El programa inicial prometía orden fiscal y externo, superávit en ambos frentes. Aunque el superávit fiscal se mantiene, no está claro que exista un superávit externo sostenible, lo cual dependerá de la entrada de capitales privados”, indicó.
Menescaldi describió el proceso actual como una “apreciación cambiaria impulsada por el gobierno para contener la inflación”. Sin embargo, advirtió que esta estrategia podría ser insostenible sin medidas adicionales, como un incremento significativo en la productividad. “De aquí a uno o dos años, será crucial salir del cepo cambiario sin generar disrupciones que afecten la economía real”, subrayó.
En cuanto a la inflación, el economista detalló que, según mediciones de EcoGo, noviembre cerró con un incremento del 2,9%. “Observamos una aceleración en los precios de los alimentos, especialmente en la última semana. El precio de la carne, por ejemplo, ha registrado un aumento típico de esta época, previo a las fiestas”, mencionó. Menescaldi anticipó que diciembre, con su estacionalidad ligada al turismo y el consumo festivo, presentará niveles de inflación similares.
Sin embargo, los riesgos para la economía van más allá de las cifras actuales. Según Menescaldi, los períodos de “dólar barato” en la historia económica argentina, como la convertibilidad o la llamada “plata dulce”, a menudo generaron desequilibrios que eventualmente impactaron en el empleo y la producción local. “Si el tipo de cambio está desalineado respecto a la economía real, podría haber pérdidas significativas en términos de empleo y producción”, alertó.
Además, señaló que esta dinámica podría fomentar la entrada de capitales especulativos en busca de rentabilidad financiera, un fenómeno que plantea interrogantes sobre cómo generar una transición hacia una economía más equilibrada. “La clave estará en fomentar exportaciones e inversión extranjera directa para sostener el esquema actual. Pero esa transición no está exenta de riesgos políticos y sociales”, agregó.
Finalmente, Menescaldi destacó que el gobierno enfrenta el desafío de evitar una apertura demasiado rápida de la economía. “Una liberalización apresurada podría impactar negativamente, tanto en la economía real como en el apoyo político. Esto podría desencantar a sectores de clase media, lo que sería perjudicial para Milei a largo plazo”, concluyó.
La cautela, entonces, se posiciona como un ingrediente esencial en el manejo económico actual, donde las decisiones tomadas hoy tendrán repercusiones profundas en el futuro de la economía argentina.